La Agencia Internacional de la Energía (AIE) en el mes de junio de este
año, dio a conocer un informe especial que viene acompañado de un pintoresco
nombre: “Redibujando el Mapa de la
Energía-Clima” (“Redrawing Energy Climate Map”). El informe hace un llamado
a los gobiernos para que actúen urgentemente si se quiere mantener vivo el
objetivo de los 2oC y sentencia que el 2020 será demasiado tarde si no
se ponen en marcha una serie de medidas que la AIE denomina: plan de 4-para-2oC.
Este llamado ha despertado cierto grado
de interés en diversos sectores, que en cierta forma se puede entender, debido
a que la AIE acude a instrumentos tecnológicos como la eficiencia tecnológica y
la BECCS (Bio-energía con Captura y Almacenamiento de Dióxido de Carbono), para
mantener viva supuestamente la meta de los 2oC. Esto nos fuerza a
realizar una valoración crítica de los planteamientos presentados en este
informe, para evitar que el frenesí de la tecnología enverdecida nos enceguezca
y no nos permita ver cómo la economía verde proyecta colársenos por
todos los resquicios posibles. Por ello, debemos estar atentos para evitar que la
AIE con sus planes logre el efecto de fertilizar nuestras mentes a base
de ingentes emisiones de CO2.
Existen diferentes prototipos de entusiastas tecno-energéticos
que abrazan la creencia de que para salir de la actual crisis energética, se
debe estimular el desarrollo de procesos y sistemas tecnológicos orientados a
producir energía verde y limpia de forma generalizada y extensiva, de
tal manera que puedan sustituir a los hidrocarburos como fuente de energía
primaria.
A estos entusiastas se les puede agrupar en tres
grandes tendencias: 1) los impulsores de la economía verde que se
identifican plenamente con las líneas trazadas por la AIE, cuyo eje central es el camino expedito para
las ganancias económicas a la sombra de la “eficiencia tecnológica”
sustentable y del capitalismo enverdecido. Igualmente encontramos en este grupo
a los negacionistas del cambio climático y del cenit del petróleo. 2) los tecno/ciencia optimistas,
aferrados a que la tecnología y la ciencia nos van salvar del colapso
medioambiental y energético. Estos esperan la aparición del milagro
energético y la herramienta tecnológica, que sean capaces de
sustituir los hidrocarburos y de reducir y capturar las emisiones de CO2.
Y, 3) aquellos grupos de expertos, partidos políticos liberales, conservadores,
socialdemócratas, e incluso algún sector de la izquierda, y gobiernos, que
creen en el desarrollo y en el progreso tecnológico como la salida a las crisis
ecológica, social, económica y ética de hoy. Establecen que se deben poner en
marcha programas económicos basados en energía limpia y sustentable,
para recuperarnos de la crisis y comenzar nuevamente el camino del crecimiento
económico. Incluso habrá los que perciban un futuro redentor de “energía limpia” para la humanidad en la conferencia “Observaciones sobre el Cambio Climático”, de Barack Obama en junio pasado.